martes, 6 de marzo de 2007

Los “realitys” pierden fuelle

No lo podemos afirmar pero la tendencia parece indicar eso. Los reality shows han ido perdiendo audiencia, popularidad y calidad (si alguna vez la han tenido).
Este tipo de programas basados en la convivencia de una serie de desconocidos para distintos fines (dependiendo de la cadena) que invadían el prime time llegaron a España de mano de Telecinco en el año 2000 con la primera edición de Gran Hermano, ocasionando una espectacular acogida entre el público. Posteriormente, otras cadenas siguieron apostando por este formato televisivo e incluyeron en sus parillas programas como El Bus (Antena3), Supervivientes (Telecinco), etc. Algunos, incluso, con secuelas VIP, incluídos los extraños experimentos por parte de Antena3 como El castillo de las mentes prodigiosas, Confianza ciega, Libertad vigilada o La Granja de los famosos. Mejor olvidarnos de ellos...

Ante tal bombardeo, no es de extrañar que la audiencia haya dicho: “basta”. Y así se refleja en el share obtenido por cada uno de estos programas (o secuelas). Por ejemplo, podemos observar la regresión que ha sufrido la cuota de pantalla de cada una de las ediciones de Gran Hermano, y cómo se ha pasado de obtener un 51.2% de share de la primera edición a un 23.5% de share en la última.

Peores resultados obtuvieron los realitys en las cadenas antes comentadas, incluso hasta llegar a eliminarlos de las parrillas a las pocas semanas de haber comenzado a emitirse, como es el caso de La casa de cristal de Cuatro, Estudio de actores de Antena3 o la última edición de La casa de tu vida de Telecinco.

El más reciente tropiezo de un reality show se produjo hace apenas unas semanas con la retirada de la pantalla de La casa de tu vida que tan buenos resultados les había dado en ediciones anteriores a Telecinco, así como la gran apuesta para esta temporada de Antena3, Unan1mous, que ha sido desbancada del prime time para pasar a emitirse el mismo día de madrugada.

Ante estos acontecimientos, ¿se ha cansado ya el publico de tantos “experimentos sociológicos”?
Si esto fuera así, alguna cadena necesitaría algún que otro reajuste en su parrilla, puesto que la mayoría de sus programas giran en torno al reality de turno que, en ese tiempo, estén emitiendo en su prime time bajo bandera de la originalidad.

Quizá tengamos suerte y a causa de la sobre explotación de estos formatos se les ocurra a las cadenas echarle un poco de imaginación y sorprendernos con algún género un poco menos trillado; aportando, quizá, pinceladas más sutiles en su programación.

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